Cuando nos decepcionan, tendemos a fragilizarnos, llorar desconsoladamente, etcétera yo lo convertía mi herramienta momentánea, he aquí lo que escribía;
Agua para dos corazones que se están secando
besos que endulcen momentos amargos de soledad
hombros sin compromiso para mojarlos de lagrimas
y cuatro paredes que escuchen el susurrar...
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