LA LEYENDA DE FARIAN I


FARIAN
CAPITULO I



Cuando la luna menguaba, Farian también moría, solo se tenía que saciar de agua dulce mezclada con sangre para poder vivir y nadie con un corazón que no fuera sincero podía dirigirle la palabra, si esto llegaba a pasar cada pronunciación le sacaba una lagrima de sangre y dentro de diez años tenía que renovarse como las águilas, las de otra especie hacían lo mismo pero renacían como el fénix de entre las llamas, esto no podía ser en cualquier tiempo ni en cualquier lugar, tendría que ser en invierno, bajo un árbol seco rodeado de flores tiernas de temporada, a la otra especie las rodeaban las hadas aprendices bañándolas con sus lagrimas, estas hadas eran las que se adiestraban al servicio de la bruja aunque

no fuera lo deseado tendría que ser para que no muriera ni una, cuenta la leyenda que bajo septiembre rojo cuando un hada moría el sol salía a morir con ella en un eclipse, dicen que para la ultima descendencia de hadas quizá el sol muriera también y ya no habría mas día, el bosque se cubriría desierto y la luna permanecería estable, así que la soledad de la bruja inundaría Solfamía. Aunque las hadas son seres inmortales, padecían la noción del tiempo, el frio, la noche, la tristeza y la soledad, 
a cuestas de esto se fortalecían los magos del sur, llevaban dolor y tristeza a todos los seres mágicos del bosque, atrapaban un hada al igual que la bruja en un frasco y cuando esta se llenaba de tristeza y dejaba regar una lagrima, los magos se mataban entre ellos para saciarse cuanto podían con esto permanecían vivos ante el frio de Solfamía y podían sobrevivir cinco puestas de sol, para las próximas si no conseguían lagrimas de hadas, buscaban la muerte de la que tenían atrapada u otra, aunque para esto tendrían que pasar por un recorrido la cual seguramente le costaría la vida a uno de ellos; las hadas vivían entre la maleza del bosque, debajo de las raíces de un árbol inmenso de más de doscientos cincuenta años; ellas no duermen al mismo tiempo se turnan una vigilia mientras van descansando una por una, su habitad se encuentra rodeada de hiedra venenosa, espinos de rosas, cardos y sapos venenosos, cualquiera pues que quisiera llegar a ellas, buscaría su muerte, 


para los magos del sur les era fácil cruzar el bosque porque ante sus manos controlaban lo antinatural y la magia, lo único que puede matar a un mago, es el lloro de una liebre blanca de ojos rojos o el canto de una sirena; Las liebres no suelen salir por las noches así que las hadas se veían desprotegidas, por las mañanas los magos no se acercaban  a Solfamía porque por las mañanas el bosque cobraba vida. A la luz de la luna el odio y la maldad de la oscuridad la bruja atrapaba la vida en un frasco que guardaba bajo su regazo en un odre viejo, dentro de Solfamía solo había una bruja y cientos de trolls malvados que se saciaban de las entrañas de miles de mariposas,


cada verano al paso del sol sobre Solfamía, los trols bajaban al pie del peñasco en el que se resguardaban, cruzaban el lago de Argot donde viven las sirenas que nadie puede ver sino solo los seres que aman y guardan sentimientos buenos, y ahí esperaban el cruce de las mariposas, dentro de Solfamía, nadie amaba, todos estaban ajenos a ese sentimiento.

Los doscientos cincuenta años que vivieron bajo el poderío de la bruja y con el miedo de los magos del sur y con la luz de la noche muerta, la ultima descendencia de hadas se había extinguido solo quedaba una que no tenía sangre de primogénita, ni poderío, ni trono, ni era princesa pero su valor y su constancia prevalecerían en ella, los últimos cincuenta años, contaba la leyenda de Farian que en la copa del árbol de hadas se encontraba la mortandad, al poseer este don cualquier ser del bosque podría terminar con la maldad, o en lo contrario si era de malos sentimientos la inmortalidad se apoderaba de él para que en vida sufriera su escarnio, para los de buenos sentimientos obtenía la mortalidad y la fuerza que era lo que todas las hadas buscaban para sentirse plenas, a pesar de esto nadie buscaba la rosa del éxtasis, porque de una manera u otra sería contraproducente, sin embargo los ecos de Solfamía cuentan cómo un día Farian escalo peldaño a peldaño sobre la corteza del enorme árbol para llegar a su copa, claro estaba que ella se debilitaba al meterse el sol porque la luz de la noche y la vida estaban en el frasco debajo del regazo de la bruja, pero esa noche Farian conoció un ser especial, Brión, Brión era un árbol de antaño, seco, cascareado, que en su último aliento de vida quiso salir a ver la luna que se reflejaba en la copa del árbol de las hadas sobre Solfamía, el permanecía estable sentado a los pies del árbol, cuando olió una lagrima que soltó Farian se dio cuenta que un hada había desafiado a los magos, ella ya había escalado gran parte del árbol con mucho sufrimiento por eso empezó a llorar, le quedaba poco tiempo antes de llegar a la copa porque los magos al oler la lagrima de un hada sabían que se encontraba fuera de su casa eso les mostraba el camino para matarla, Farian escalaba cada vez con más fuerza pero cada vez se debilitaba igualmente, Brión se levanto para contemplar el valor de Farian, con todo su corazón quería ayudarle pero no podía porque si un ser del bosque en este caso un árbol con aliento de vida tocaba un hada inmediatamente se marchitaba, de repente empezó a caer la lluvia y muchos, muchos rayos, esto hablaba de que los magos del sur se encontraban cerca y Farian aun no llegaba ni a los ramales del inmenso árbol, cuando Brión volteo la mirada los magos se encontraban bajo el árbol y habían sacrificado a uno de ellos para dárselos de comer a los sapos y así poder cruzar el bosque, inmediatamente los magos enviaron rayos para matar a Farian,


Brión no quiso quedarse sin hacer nada, así que se coloco de frente a Farian  para protegerla, ella lo vio y se le acerco al oído para decirle que esa noche no moriría, que sería inmortal junto con todas las hadas en gratitud a su causa, deprisa los magos, rodearon el gran árbol montados sobre enredaderas verdes, cada uno de ellos enviaba atacar con un rayo a Farian, Brión intento cubrirla con todas sus fuerzas entre tanto que Farian había llegado al tallo de la Rosa del éxtasis, los magos con todo el odio en sus ojos atravesaron a Brión con un rayo partiéndolo en dos, Brión cayó sobre la maleza del bosque con la mirada puesta en Farian, esto distrajo a los magos, mientras que Farian ya había llegado a la copa del árbol e ingestaba la Rosa, los magos ya no podían hacer nada ahora empezaban a debilitarse ellos, la vida en la noche se escapo del frasco de la bruja desde los peñascos inundando Solfamía hasta hacer un torbellino que rodeaba a Farian,


ella se convertía en un rayo de sol y brillaba refulgentemente, en su compasión por los magos no los mato, les extrajo la maldad en ellos concentrándolos en el frasco de la bruja y a la bruja la condeno a oscuridad y soledad eterna de igual modo en el frasco en el que ella atrapaba la luz y la vida de la noche, Farian despejo el cielo para hacerlo en un día que brillase mas que nunca, bajó del mismo modo que subieron los magos sobre las enredaderas verdes, cuando .noto al pie del árbol a Brión le dio vida a sus raíces, Brión regresando de si inclinándose a ella le pidió exclamando "Oh hermosa Farian ¿quién soy yo para que en su bondad dé a mis raíces vida?, si no tiene a mal, haga de mi persona su báculo, para vivir eternamente en sus manos"  

Farian concedió las palabras de Brión haciendo de este su báculo,




con él abrió las raíces del gran árbol dejando ver la habitación de las hadas, ellas asustadas se prepararon a regar polvo para ahuyentar cualquier cosa maligna o perversa, pero cuando una a una reconocieron a Farian se inclinaron para llorar esto como muestra de arrepentimiento después de despreciarla por no tener sangre de primogénita, así ponían cada una de ellas sus lagrimas sobre sus manos para ofrecérselas como ofrenda de gratitud, Farian las acepto pero no se las quedo, ella siempre tuvo un corazón honesto y bondadoso así que lo rego en el lago de Argot, haciendo pacto con las sirenas; ellas cuidarían a las hadas y así nadie podría hacerles daño ni a las hadas ni a las sirenas, en su contentamiento las sirenas querían cantar pero se retraían pensando que matarían con su canto a las hadas, anticipando esto Farian había permitido que cantaran, ahora el canto de las sirenas no podía hacerles daño, desde ese día Solfamía no se llama Solfamía sino Sialmar,



este ciclo termino así para la ultima hada, y en el libro de los Momentos de Solfamía las liebres escribieron que: Las hadas dejaban sus lagrimas haciendo un pacto con Farian de eternizar a las ultimas hadas de esa especie dejándonoslas a nosotros los mortales con vida en nuestros sueños y en la imaginación, que en las noches mientras dormitáramos estarían pendientes de nosotros vigilándonos, mientras dormimos ellas estarían con vida si dejamos de dormir ellas morirían para siempre.                                                                                               




Primera Parte.